sábado, 1 de noviembre de 2008

¿Qué es una moleskine? (y II)

(Continuación). Pero no existe ninguna prueba de dicha afirmación. Lo que sí está claro es que, estos artistas, tuvieron que utilizar algún tipo de cuaderno de notas.

Aunque nada demuestra que fuesen los mismos que usó el inglés y que, en la actualidad, se venden. Además hay dos detalles en su contra.

Una de estas evidencias, en contra de la autenticidad de la actual es que, la imprenta-papelería donde el escritor compraba los cuadernos, desapareció en 1986, cuando su dueño falleció, llevándose el secreto de su fabricación a la tumba.

Un callejón sin salida, por tanto.

La otra es que no se ha conservado ninguno de los cuadernos de Chatwin. De modo que el moderno se ha fabricado, gracias a las descripciones que este hombre hizo de los que él utilizó, pero no copiado de ningún original. Otro callejón sin salida. Así que nada de nada. Nada de realidad que se pueda constatar.

Moleskinero negocio
Nada de una realidad constatable. O todo de un rentable negocio. Verán por lo que se lo digo. En 1998, una empresa retomó su producción con la idea de lanzarlo como un cuaderno diferenciado y diferenciador. Potenció su legendario pasado, ligándolo a la cultura y los viajeros románticos, y proyectó su lucrativo futuro con múltiples apariciones en prensa, televisión y cine.

De la publicidad cinematográfica me viene a la memoria que aparece, entre otras películas, en ‘Indiana Jones y la última cruzada’. La tercera de la saga, la de 1989. Es en el mítico cuaderno de notas, donde el padre de “Indi” hace sus anotaciones de la santa copa. Sí, el Diario del Grial es una moleskine.


Punto de vista
Se llama publicidad de un producto y con ella se consigue que gente normal, al comprarlo, se sienta especial y diferente al resto de los humanos. Algo que gusta a todos. Y gusta porque, una buena parte de esa sensación de ser diferentes a los demás, proviene de su precio. No suelen ser productos baratos. Por lo que no todos podrán acceder a él. De ahí la diferencia.

Es lo que tiene el dinero que como decía Woody Allen, no da la felicidad, pero crea una sensación tan, tan, parecida, que necesitaríamos un especialista muy especializado para distinguirlas. Pienso que es muy posible que el dinero no dé la felicidad. Tampoco que la compre hecha. Pero es más que probable, que se trate del mejor antídoto conocido para alejar las penas.

Sabido es que la felicidad no existe. Que lo único que existe es el deseo de ser feliz. Por eso.

3 comentarios :

Anónimo dijo...

Interesante artículo. Es cierto que la Moleskine original, la de Chatwin, Van Gogh o Hemingway, no existe. Ahora es una empresa italiana, creo, la que se ha decidido a recuperar el espíritu y, según los puristas, a falsearlo.
Sin embargo a mi me parece una buena idea, no ya por el parecido al original o por la recuperación de de lo que un día fue, sino porque llevar una libreta de notas en estos tiempos supone una toma de partido. Frente a la explosión tecnológica que todo lo invade, las PDA,teléfonos móviles que hacen cosas increíbles, ordenadores portátiles de ensueño, una libreta de notas, manuscrita, versátil, en la que puede escribirse con distintas tintas, orientaciones, utilizando códigos diferentes, lo entiendo como una apuesta por la pausa y, ya puestos, por lo humano. Lo que se te ocurre, lo anotas; lo que debes hacer, lo apuntas; lo que deseas decir, lo escribes. Todo en una Moleskine o en otra similar. Sin depender de un enchufe, de una red wifi, o del nivel de cobertura telefónica. Más adelante llegará el momento de trasladar lo apuntado en la libreta a otros medios más aptos para compartir, como un blog, por ejemplo. Pero se ha pasado por ese momento previo que es la reflexión.

Guillelgas dijo...

QUe bien me vendría una para mis viajes.

Carlos Roque Sánchez dijo...

¡Qué me vas a decir!, que no tengo móvil, ni tarjeta bancaria.Gracias por tu reflexivo y amanuense comentario. Hasta cuando quieras jmgs.