lunes, 9 de marzo de 2009

El Ojo de Dios (I)

Y de nuevo en el espacio. No olvidemos que 2009 ha sido declarado Año Internacional de la Astronomía.

Pero como pueden leer más arriba, de lo que voy a hablarles es de Dios. Bueno de Dios no, sino del ojo de Dios.

Verán. Tampoco es eso. Me estoy liando. Les voy a hablar de un objeto celeste al que el hombre ha apodado como “El ojo de Dios”

¡Uf!, menos mal que me ha salido. Les explico.


En el pasado mes de febrero, el Observatorio Europeo Austral (ESO, en sus siglas en inglés) ubicado en la montaña La Silla en Chile, y considerado uno de los más importantes del mundo, ofrecía al mundo entero una impactante fotografía tomada por su telescopio gigante.

Se trata de una espectacular imagen de la nebulosa planetaria Helix o NGC 7293, como la conocen los astrónomos.

Algunos datos curiosos

Podemos decir que se encuentra a unos 700 años luz de distancia, o lo que es lo mismo, aproximadamente a 9,46 · 1015 m, poco menos de diez mil billones de kilómetros. Una distancia inimaginable para el ser humano.

Para el cálculo de esta distancia he utilizado el concepto de año-luz. Ya saben la distancia que recorre la luz en un año; más específicamente, la distancia que recorrería un fotón en el vacío, en un Año Juliano.

Lo que viene a significar que he considerado a éste constituido por 365,25 días de 86 400 segundos cada día. Y que para la velocidad de la luz en el vacío he tomado 299 792 458 m/s. Bueno, pues si hacen los cálculos, les saldrá lo que a mí. Una distancia astronómica, nunca mejor dicho.

Otros datos curiosos

Helix se encuentra en la constelación de Acuario y es tan grande, que puede ser visto por telescopios aficionados a pesar de su lejanía. Y es que cubre un área del cielo de alrededor de una cuarta parte del tamaño de la Luna llena, visto desde la Tierra. Lo que no está nada mal.

Sin embargo lo más curioso de esta nebulosa planetaria es su forma, semejante a un ojo humano. Sí. Un enorme ojo humano que parece observarnos. Y de ahí su apodo “El Ojo de Dios”. Un nombre espectacular para una entrada enrocada.

Pero el hecho de traerla a esta tribuna divulgativa no es porque se haya descubierto ahora. La nebulosa Helix fue descubierta en 1824 por el astrónomo alemán Karl Ludwig Harding (1765-1834) y desde entonces ha suscitado mucho interés para la comunidad científica.

Ya con anterioridad, el telescopio espacial Hubble y el Very Large Telescope del mismo ESO, captaron imágenes de Helix en el pasado. La diferencia con la de ahora es que esta última, no sólo es mucho más bella, sino que su precisión y claridad nos proporciona mucha más información científica. Ciencia y belleza juntas. Quién da más. (Continuará).


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