miércoles, 22 de abril de 2009

A propósito del móvil (I)

Dada su enorme proliferación y lo familiar de su uso, cualquier joven podría pensar que lleva entre nosotros toda la vida. Bueno, en realidad, toda su vida sí.

Pero los que ya peinamos canas o casi no tenemos canas que peinar, sabemos bien que no siempre fue así.

Me refiero a ese, cada vez más pequeño y abundante, artilugio que conocemos como el móvil. Y sobre él, sobre el teléfono móvil, les traigo hoy varias curiosidades:

¿Desde cuándo está entre nosotros? ¿Quién hizo la primera llamada?
La primera comunicación telefónica desde un móvil tuvo lugar el 3 de abril de 1973, hace prácticamente 36 años. Fue en Nueva York y la hizo Martin Cooper, un ingeniero de la empresa Motorola.

Utilizó un prototipo de terminal móvil que pesaba casi un kilo, costó algo más de 4000 dólares (de la época) y que no se diferenciaba mucho de los DynaTAC que serían, 10 años después, los primeros modelos comerciales, pensados para el uso en vehículos.

¿A quién llamó?
Lo más curioso de esta historia está en saber a quién llamó Cooper. No se va a creer quien fue el destinatario. Desde una de las calles de Manhattan, no se le ocurrió otra cosa que llamar a su amigo y homólogo en la competencia rival, Joel Engel, que trabajaba en la Bell Labs, hoy AT&T.

El motivo se lo podrán imaginar. Darle en la cara con el invento.

No en vano la Bell Labs, por entonces, dominaba el campo de la telefonía móvil y había enfocado sus esfuerzos al desarrollo de teléfonos para automóviles. Pero Cooper, con Motorola, no pensaban así.

Eran de la opinión que la gente cuando llama, quiere hablar con gente. No a una casa, a una oficina o a un auto. Y acertaron.

No sólo le ganaron la partida, sino que provocaron una revolución en nuestros hábitos de comunicación.

¿Qué le dijo?
Por eso quería que fuera Engel el primero en enterarse, de que había logrado crear el dispositivo que ambos llevaban tanto tiempo persiguiendo, eso sí, cada uno por su lado. Y por eso, desde una concurrida esquina neoyorkina, se paró a llamarlo.

Le dijo lo que cualquiera hubiera dicho en las mismas circunstancias: “¡A que no sabes desde dónde te llamo!”.

La frase no fue un alarde de originalidad, de acuerdo. Pero sí reveladora de toda la tensión profesional y la carga emocional del momento.

Desde entonces tampoco es que haya mejorado el contenido de la mayoría de las conversaciones entre móviles. Lo digo a tenor de lo que se oye por ahí, al paso. Y han pasado 36 años.

¿Desde cuándo tienen cámara los móviles?
Ésa es otra. Hoy en día los teléfonos móviles no sirven sólo para hablar, sino también para transmitir datos, escuchar música, sacar fotos, usarse de agenda, tener acceso a Internet, grabar y reproducir vídeos.

Incluso de GPS y de alguna otra prestación más que, seguro, se me escapa en estos momentos. Pero centrémonos en la cámara. ¿Por qué se puso una cámara fotográfica en un móvil? ¿Quién y cuándo lo hizo?

¿Por qué se puso una cámara fotográfica en un móvil?
¿Quién y cuándo lo hizo?

Desde el punto de vista de la verdad, estas preguntas tienen una sola respuesta. En 1994, la empresa Olympus lanzó la primera cámara capaz de transmitir fotos por teléfono. Y hasta aquí les puedo contar de esta historia.

No hay nada interesante que decir. Sin embargo hay otra historia digamos, más interesante, por tanto, más periodística. Y ya conocen el dicho de la profesión.

Según esta historia a Philippe Kahn -un empresario francés que a mediados de los 80, hizo fortuna en Silicon Valley- no le parecía lógico tener que llevar en los bolsillos, dos dispositivos electrónicos tan avanzados como una cámara digital y un teléfono móvil. Le resultaban molestos. (Continuará)

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