domingo, 2 de enero de 2011

Algunas curiosidades del Premio Nobel

Fue en 1895, hace ya 115 años, cuando Alfred Nobel rubricó el acuerdo para que su patrimonio -unos 1500 millones de coronas (de entonces), que al cambio actual serían unos 165 millones de euros- se destinase a premiar los mejores trabajos, en las siguientes cuatro disciplinas: Física, Química, Medicina y Literatura.
Fue el principio de los Premios Nobel. Los primeros se concedieron en 1901 y, desde 1967, también se premian las contribuciones a dos nuevos campos: Economía y Paz. Así que seis en total. Por ahora.
La ceremonia de entrega tiene doble escenario. Primero en el Ayuntamiento de Oslo (Noruega), donde se entrega el Nobel de la Paz.

Se trata del único galardonado que pronuncia su discurso al recibir el premio. El resto lo hace en los días previos a la concesión.
Que tiene lugar el 10 de diciembre, en el Concert Hall de Estocolmo (Suecia). En esta ocasión el rey sueco, en la actualidad Carlos Gustavo, se levanta hasta cinco veces de su silla. Lo hará para entregar los Nobel de Física, Química, Medicina, Literatura y Economía.
Cada premiado, vestido con frac o el traje regional de su país, recibe una medalla, un diploma acreditativo y un documento con la cuantía del premio.
Una cuantía que decide la Fundación Nobel, cuyo fondo se estima en unos 3570 millones de coronas.

Desde el año 2000 la cuantía del premio está congelada en diez millones de coronas suecas, un millón cien mil euros, libres de impuestos si no los comparte.

Aunque creo recordar que la cuantía la habían subido o pensaban hacerlo en el 2006. Siento no estar informado.
Después del acto de entrega tiene lugar la gala final. Los premiados y los 1300 invitados acuden al Banquete Nobel que se celebra en el Ayuntamiento de Estocolmo.

Por supuesto que todos los platos que se sirven son escandinavos, si bien los comensales tienen el menú escrito en francés. Debe ser cosa de la etiqueta.
Dejo aquí esta entrega de quisicosas del Premio Nobel, pero les dejo con la cita de uno de los miembros de este selecto club mundial.
Es de nuestro Premio Nobel en Medicina y Fisiología de 1906, Santiago Ramón y Cajal (1852-1934). Tiene un cierto aire químico, perdonen esta debilidad mía universitaria. La cita dice así:
"La verdad es un ácido corrosivo que salpica, casi siempre, al que la maneja".
Difícilmente no se puede estar de acuerdo.

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