miércoles, 26 de enero de 2011

¿Cómo justifica la ciencia estas ventajas del gas nitrógeno?

(Continuación) En este caso las disciplinas implicadas son bien conocidas de los seguidores del blog. Se tratan de la Química y de la Física.
Y para dar respuesta a nuestra pregunta, desde el punto de vista físico-químico, hemos de saber que el gas nitrógeno:
a) es una sustancia simple del tipo covalente;
b) está constituida por moléculas diatómicas homopolares;
c) que son de mayor tamaño, por ejemplo que las de oxígeno;
d) se trata de un gas incoloro, inodoro, no inflamable, casi inerte, no corrosivo, seco y con una gran capacidad para dispersar la energía térmica, a diferencia del gas oxígeno que la concentra.
Veamos si es posible, con sólo con tres de estas propiedades, explicar las ventajas antes comentadas.
Por ejemplo, con su gran tamaño molecular (mayor que el de cualquiera de los gases que componen el aire atmosférico) se puede explicar que el nitrógeno se escape del neumático más lentamente que el aire.
De hecho lo hace tres veces más lento que el oxígeno. Y ya hemos visto que no son pocas las ventajas que se derivan de esta lenta fuga.
También hemos dicho que el nitrógeno es un gas seco. Lo que implica que no contiene vapor de agua como el aire. Es decir que no contendrá humedad, que es la causa de que se terminen oxidando las llantas y el cinturón de acero.
Pero esta ausencia de vapor de agua tiene otra ventaja añadida: la de no modificar la presión del neumático. Hemos de saber que la presencia de agua en el gas del neumático, termina provocando una variación de dicha presión.
La aumenta cuando se incrementa la temperatura, ya que se produce la evaporación de agua. 


Y la disminuye cuando no hacemos uso de ellos por un determinado periodo de tiempo, ya que facilita su condensación.
Por otro lado, ya que es nitrógeno y no el oxidante oxígeno lo que introducimos en las ruedas, el caucho de nuestros neumáticos se oxidará menos y mantendrá durante más tiempo su flexibilidad. Con todo lo que de bueno tiene.
Por último, dada la capacidad del nitrógeno para dispersar la energía térmica que le llega, es decir que se calienta poco, por ejemplo mucho menos que el oxígeno, conseguiremos que la presión del neumático se mantenga más estable.
De este modo evitaremos que éste se deforme y se produzca un mal desgaste con el consiguiente mal comportamiento y menor duración.
Bueno por hoy lo dejamos aquí. El nitrógeno, como gas para nuestros neumáticos, presenta ventajas e inconvenientes.

¿Qué hacer entonces?
¿Nos compensará cambiar?

1 comentario :

Anónimo dijo...

me ha gustado pero ¿interesa o no?