sábado, 12 de mayo de 2012

El cuadradito rarito (I)


Doy por hecho que los han visto. Seguro que es así. Están por todos lados. En carteles de promoción, anuncios de televisión, prensa escrita, páginas y blog de internet, establecimientos, o en cualquier otro lugar.

Son unos chocantes cuadrados, conformados por numerosos y aparentes garabatos blancos y negros y, lo cierto es que, están cada vez más presentes en nuestras vidas.

Son conocidos en el mundo tecnológico de la comunicación como códigos QR y tienen toda la pinta de que nos van a terminar invadiendo.

Pero, ¿qué son los códigos QR?

¿Qué son los códigos QR? 
Para empezar, QR son las siglas de quick response barcode o código de barras de respuesta rápida. También conocidos como códigos Bidi, contracción de bidireccional, ya que se encuentra en dos dimensiones.

Se trata de un sistema para almacenar información en una matriz de puntos o código de barras bidimensional.

Para entendernos, se trata de un sistema de codificación bidimensional. Vamos, que en román paladino, un código QR es un código de barras de los de toda la vida, sólo que en dos dimensiones.

Su ventaja respecto a los lineales es que, dada su bidimensionalidad, se puede introducir más información en ellos. Y tener información nos permite una variedad de usos de lo más interesante.

Se caracterizan por los tres cuadrados que se encuentran en las esquinas y que permiten detectar la posición del código al lector.

En realidad estos códigos hace mucho tiempo que se inventaron, ya que fueron creados por la compañía japonesa Denso Wave, subsidiaria de Toyota, en 1994.

Pero por lo que se ve, no ha sido hasta ahora cuando se les ha encontrado aplicación. Probablemente un problema de desarrollo de la tecnología de la comunicación.

¿Y qué información pueden contener estos códigos? 
Pues de casi todo lo que se le pueda ocurrir: texto, imágenes, vídeos, enlaces a nuestras páginas web, etcétera.

Aunque le resulte increíble, en ese aparente galimatías de píxeles, se puede albergar toda esa clase de información. En tan poco espacio.

Sorprendente, pero es así. Es lo que tiene ser un código bidireccional.

Como ya habrán adivinado se trata de una magnífica oportunidad para publicitar y promocionar todo aquello que nos interese y en los lugares que nos convenga.

Desde productos que queramos vender de forma accesible, en escaparates y tiendas. Hasta la posibilidad de gestionar stocks y almacenes. Pasando por la capacidad de revisión periódica de distintos productos.

Es indudable que cada asociación, empresa u organización debe plantearse con cuidado las utilidades que puede darle a este tipo de códigos. (Continuará)


1 comentario :

Una seguidora del blog dijo...

Una entrada muy novedosa y actual. Lo explica muy bien