martes, 24 de septiembre de 2013

Alcohol y organismo (1)


No descubrimos aquí la pólvora, al decir que no todos los cuerpos reaccionan de la misma forma ante una cierta ingesta de alcohol. O que ante una misma e importante cantidad bebida, unos se muestran afectados pero se mantienen en pie, mientras que otros entran en coma etílico.

¿Por qué algunas personas aprecian sus efectos con mayor intensidad que otras? ¿Qué factor influye en la tasa de alcoholemia? ¿Tenemos explicación para tal diferencia?

Como ya se imagina, por supuesto que sí. La hay. Seguro. Como seguro estoy que también, usted se espera, que ni el motivo, ni el factor ni la explicación sean únicos. No. Acierta.

Porque, más bien, obedece a una serie de porqué, qué y cómo, entre los que les apunto: raza, masa corporal, proporción de grasa en el cuerpo, diferencia enzimática del hígado, sexo, edad, etcétera.

Diferencia racial
Los datos empíricos nos dicen que negros y asiáticos se embriagan antes que blancos y caucásicos. Por ejemplo, un chino, necesita beber sólo la mitad que un europeo, para llegar al mismo grado de embriaguez. Más adelante veremos cuáles pueden ser los motivos.

Y por el cine, en particular por las películas del viejo Oeste, sabemos de la existencia de determinadas razas, como los apaches cheerokees, famosas por las tremendas borracheras que cogían al ingerir el “agua de fuego”. Todo un clásico en la conquista de Oeste.

Se estima que, por término medio, metabolizaban el alcohol hasta cinco (5) veces menos que un blanco. Sorprendente pero, probadamente, cierto. Desde el punto de vista de la ciencia el motivo de dicha diferencia es doble.

De un lado, social. Los indios (los de pluma en la cabeza) habían tenido hasta ese momento muy poco contacto con el alcohol. Nada sabían de los efectos que producían su ingesta, cuando se realizaba de forma no adecuada.

Y de otro, biológico. Por la alimentación que esta tribu india había mantenido de forma secular, la población de enzimas metabolizadoras en su hígado era muy baja. Una menor cantidad de enzimas que supone una más lenta eliminación del alcohol del organismo y una mayor evidencia de sus efectos.

Tamaño y masa corporal
A igualdad de otras variables anatómicas y fisiológicas, es más que evidente que metaboliza más y mejor el organismo de mayor tamaño corporal, o sea el que tiene más masa.

Algo lógico si consideramos que a mayor cantidad de materia, el alcohol se distribuye por más cantidad de tejido, lo que implica que se necesite ingerir más alcohol para llegar a embriagarse lo mismo que el que tiene menos masa.

Luego a mayor tamaño corporal, menor tasa de alcoholemia, pues el alcohol se reparte en una mayor cantidad de tejido y, por tanto, el porcentaje que queda en sangre es menor.

Proporción de grasa e hígado
Pero si incluimos también al tamaño y la masa corporal en las variables que se conservan, los datos obtenidos de las pruebas realizadas demuestran que a mayor grasa corporal, mayor tasa de alcoholemia.

Ya lo apuntamos hace unas entradas. El tejido adiposo no retiene bien el alcohol y por tanto, toda la bebida ingerida se acumulará en los demás tejidos. Un mal asunto para el control del soplo.

Si ahora mantenemos fijas las variables raza, masa corporal y proporción de grasa es posible que de dos varones que, por ejemplo, beban la misma cantidad de alcohol, uno lo metabolice en la mitad de tiempo que otro. (Continuará)


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