domingo, 22 de septiembre de 2013

Otoño 2013 : Comienzo astronómico (y II)


(Continuación) Por último, y no por ello menos importante ya que suele ser la más intensa de todas, sucederán Las Gemínidas, cuyo máximo ritmo se dará sobre el 13 de diciembre.

Tras los eclipses 
Este otoño nos ofrecerá dos eclipses. Uno penumbral de Luna y otro mixto de Sol, ambos serán visibles desde España.

Temporalmente, el primero de ellos tendrá lugar el 18-19 de octubre, alcanzando su máximo el día 19 a las 1 h 51 min, hora oficial en peninsular. Será un eclipse penumbral de Luna y visible en América, Europa, África y Asia.

Le seguirá uno mixto o híbrido de Sol, el 3 de noviembre, visible en el este de América, sur de Europa y África. Se trata de un tipo de eclipse solar poco frecuente, y más propiamente se le debe citar como eclipse de sombra central anular/total.

En esencia es un eclipse de Sol que, durante una parte del tiempo es anular y durante otra total. Al principio es la prolongación del cono de sombra lo que llega a la Tierra. Posteriormente lo hace la propia sombra.

Es total para quienes lo ven cerca de su mediodía y anular para quienes lo ven tras la salida o hacia la puesta del sol. Una cuestión de sistema de referencia.

En España este eclipse mixto será visible como parcial, superando la magnitud 0,1 en las islas Baleares, la 0,2 en el sur de la península, la 0,4 en las islas Canarias y alcanzando un valor de 0,46 en Valverde de Hierro (El Hierro).

Otras observaciones
Si disponemos de algún pequeño telescopio o en su defecto de unos prismáticos grandes, dotados de un filtro lunar adecuado, podremos enfocarlos hacia Selene y observar su relieve. La superficie de la Luna.

No crea que su visión le saldrá bien a la primera. Deberá escoger una buena fecha e ir observándola noche tras noche, mientras va creciendo la iluminación de la Luna. Así podrá ir apreciando la aparición de nuevos accidentes orográficos.

Dejando el satélite, y cuando la noche sea más oscura por haber luna nueva, puede intentar ver la galaxia de Andrómeda; nebulosas de emisión, como la de Orión; o el cúmulo de estrellas de las Pléyades.

Incluso, sólo con prismáticos, también se pueden ver las lunas más brillantes de Júpiter (cuando es visible) y hacer un recorrido por la franja estrellada que constituye la Vía Láctea.

Y claro, se pueden mirar a las constelaciones. Esas agrupaciones ficticias de estrellas, creadas por la imaginación del ser humano, que no todos saben ver. Alrededor de la Estrella Polar se encontrarán Cisne, Casiopea, Osa Menor y Jirafa.

Las constelaciones eclípticas visibles durante este periodo son las que van de Capricornio a Virgo. Y por encima de la eclíptica destacarán Pegaso y Andrómeda; por debajo, Ballena y Orión, así como las estrellas Sirio y Proción.


A propósito del Sol
Como ya sabemos, la actividad solar se caracteriza por la presencia en su superficie de manchas, fulguraciones y protuberancias. Un conjunto de fenómenos físico-químicos, que en la Tierra se aprecian en forma de alteraciones sobre la propagación de las ondas de radio y en una mayor presencia de auroras polares.

Se trata de una actividad cíclica, con un periodo aproximado de once (11) años, que está asociada al ciclo magnético del Sol. El actual es el ciclo solar número 24. Comenzó en diciembre de 2008 y se espera que llegue a su máximo en mayo de 2013.

Según las estimaciones realizadas por NOAA y Space Weather Prediction Center, durante el otoño el número de manchas solares alcanzará valores entre 77 y 99.

Pueden ampliar información sobre estas manchas solares y predicciones de la evolución del ciclo 24 en Space Weather Prediction Center.

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