miércoles, 12 de febrero de 2014

Kelp, Profesor Bacterio y Szalinski


Continuamos con la serie de científicos ficticios, también, con una nueva terna.

Julious Kelp / Buddy Love
Quizás así, sólo con el personaje y su trasunto, es probable que no le suenen quienes son.

Pero si les digo que uno es el profesor de química poco favorecido por la naturaleza que, gracias a un brebaje que se inventa, consigue convertirse en un joven apuesto, el otro, su alter ego que enamora a la alumna amada.

Entonces es seguro que cae en ellos y en la película donde aparecen.  Se trata de El profesor chiflado, una comedia cuya primera versión vio la luz en 1963 y fue protagonizada por Jerry Lewis.

Perdonen, pero la mía, ya es una edad a tener en cuenta. Y en situaciones como ésta se hace notar.

Como seguro saben, es una ingeniosa y divertida adaptación de la novela escrita por Robert Louis Stevenson publicada en 1886, El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde.

Y por la que sabemos de un abogado, Gabriel John Utterson, que investiga la extraña relación entre su viejo amigo, el Dr. Henry Jekyll, y el misántropo Edward Hyde.

Es también muy ingeniosa como el film, pero no es divertida, al menos desde el punto de vista cómico. No.

Profesor Bacterio
O Saturnino Bacterio, el simpático personaje creado por Francisco Ibáñez para su serie de humor Mortadelo y Filemón.

Su primera aparición tuvo lugar en la historieta El sulfato atómico (1969), como reconocido biólogo de la organización TIA (Técnicos de Investigación Aeroterráquea) y caracterizado por tener una peculiar forma de investigar resultados.

Sencillamente se limita a probar sin más sus inventos, en el primer miembro de la organización que ve. Todos son potenciales conejillos de india para él: agentes, operarios, secretarias y siempre con pésimos resultados, por un motivo u otro.

Entre sus ficticios inventos algunos llaman la atención: la elasticina, la máquina de copiar gente, la tergiversicina o el transformador metabólico.

Por no hablarles del vivimetalillus, la máquina busca fresquito, el mimetizador o la máquina del cambiazo.

Y que no se me olvide por supuesto el “crecepelo infalible” de su invención, pero por el que Mortadelo perdió su melena. Razón de su rencor y motivo de la sempiterna gresca hacia el barbudo profesor, vestido siempre con un traje verde.

Por cierto que, como el tintinesco profesor Tornasol, Bacterio también debe su aspecto físico a otro profesor, sólo que éste es ficticio y no real como A. Piccard.

Es probable que Ibañez se basara en el profesor Zwart, un personaje secundario de la historieta belga La mina y el gorila (1956) de Spirou y Fantasio.

Wayne Szalinski
Es otro prototipo de 'científico despistado y algo loco', que trabaja en el desarrollo de una máquina de alto secreto que miniaturiza objetos, utilizando para ello el láser, un dispositivo basado en una de las consecuencias de la mecánica cuántica.

Un mundo donde imperan unas leyes muy diferentes a las conocidas.

Y que por un desgraciado percance motivado por una pelota de béisbol, reduce el tamaño de sus hijos. Una trama tragicómica.

Tras lo leído, seguro que se le ha venido a la mente el film Cariño, he encogido a los niños (1989), y el científico y padre protagonista, Wayne Szalinski. Todo un contraejemplo de ambos cometidos. O casi.

También habrá recordado cómo los jóvenes se ven obligados a vivir toda una odisea, en el más que conocido y seguro césped del jardín de su casa hasta entonces, pero que ahora y debido a sus nanotamaños, se ha convertido en una desconocida y amenazante selva.

Pero bueno, sólo es una comedia de ficción donde todo es posible y acaba bien, ¿por qué no? Es ficción.

Otra cosa es la realidad y los impensables progresos que, la aplicación de las nuevas tecnologías convergentes, han supuesto para el hombre. (Continuará)




1 comentario :

Anónimo dijo...

Me trae recuerdos de mi niñez