miércoles, 16 de julio de 2014

Ciencia y Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014


Por aquello que dicen de que, si te preguntas el por qué y cómo de las cosas, inexorablemente, lo acabas buscando en las ciencias.

Y por si este dicho es cierto, que tiene toda la pinta, no hay duda alguna de que el recién finalizado mundial de fútbol, bien puede ser un buen pretexto para divulgar un poco de ciencia.

Ya saben, divulga que algo quedará.

Porque lo cierto es que cosas han habido y sucedido en este Brasil 2014, muchas de las cuales pueden tener interpretación y explicación, dentro del marco de algunos de los campos de conocimiento que estudian las ciencias humanas.

Quedan fuera de esta entrada, el hecho de que Europa sigue campeonando el Mundial de Futbol. Un mundial que empieza a parecerse al emperador Carlos, primero de España y quinto de Alemania.

Cosas a saber
Empezando por el nuevo balón, Brazuka, con su innovador diseño estético y técnico. O el bote marcador de líneas de lanzamiento de faltas, que ha llevado el árbitro en su cintura, el 9,15 FPL.

Y continuando con Fuleco, la (casi) desconocida mascota conservacionista de este mundial, que tan mala suerte ha corrido. O el inesperado establecimiento de los tiempos muertos en el juego y la obligatoria existencia de un desfibrilador en los campos.

Todo esto sin olvidarnos, por supuesto, de la posible existencia de un método científico para llegar a detener un penalti. Como lo lee. Una idea que bien es cierto, ya llevaba tiempo dando vueltas por los mentideros futbolísticos.

O la más actual ocurrencia del entrenador Van Gaal: sustituir a su portero titular por el suplente a escasos segundos del final ¿Extravagancia, genialidad o puesta en marcha por su parte, de un calculado plan matemático para parar los penaltis?

Y volviendo de nuevo al balón, ¿cómo ha afectado el nuevo diseño brasileño de la pelota a sus condiciones aerodinámicas y de estabilidad? Recordemos el infausto Jabulani sudafricano de hace cuatro años.

Les hablo de su influencia sobre factores físicos como: velocidad y alcance máximo en el campo de juego; producción del conocido efecto nudillo o knuckling effect, cuando el balón no gira, o apenas lo hace, mientras se desplaza; o producción del no menos conocido efecto Magnus, que tiene lugar cuando el balón sí gira mientras va por el aire.

Como ven no son pocos los asuntos futboleros que la Ciencia puede ayudar a comprender. Para eso están sus distintas disciplinas.


Disciplinas científicas implicadas
Entre otras tendrán que salir a la palestra:

Aerodinámica, rama de la mecánica de fluidos (en este caso un gas) que estudia las acciones sobre los cuerpos sólidos, cuando existe un movimiento relativo entre éstos y el fluido.

Química orgánica o del carbono, rama de la química que estudia un tipo muy, muy, abundante de compuestos, constituidos por moléculas que contienen carbono, hidrógeno, nitrógeno y otros átomos unidos por enlaces covalentes: carbono-carbono, carbono-hidrógeno, etcétera.

Zoología, disciplina biológica que se encarga del estudio de los animales.

Ecología o al decir de algunos “la biología de los ecosistemas”, una ciencia que estudia a los seres vivos, su ambiente, distribución, abundancia y las interacciones entre todos ellos.

Medicina, una de las ciencias de la salud, dedicada al estudio de la vida, la salud, las enfermedades y la muerte del ser humano. Una delicada combinación de Ciencia, Arte y Técnica.

Estadística, ciencia formal a la vez que herramienta fundamental que posibilita llevar a cabo el proceso relacionado con la investigación científica.

Psicología, que trata de la conducta y de los procesos mentales de los individuos.

Y algunas más que olvido pero saldrán, estoy seguro de ello.

Bueno, pues que ruede el balón.



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