martes, 23 de junio de 2015

“Somos polvo de estrellas”

(Continuación) Gracias a algunos de los instrumentos instalados en el VLT -como el SINFONI (Espectrógrafo para Observaciones de campo integral en el infrarrojo cercano) y el X-shooter, otro espectrógrafo que cubre de forma simultánea, una gama más amplia de longitudes de onda (del UV a IR cercano)-, gracias a ellos, el grupo de Sobral realizó un sorprendente y significativo descubrimiento.

Naturaleza primigenia
Detectaron fuertes emisiones de Helio (He) e Hidrógeno (H) ionizados en el núcleo de la galaxia CR7, pero ninguna señal de la existencia de elementos pesados. Ninguna.

Y esta ausencia tiene su importancia ya que podría significar que habían dado con la primera prueba empírica de la existencia de un grupo de estrellas del tipo Población III, en el interior de una galaxia del Universo temprano.

O lo que es lo mismo. Eran una de las primeras estrellas del Universo formadas tras el Big Bang, o como dijo alguien, tenían el “Santo Grial de la Astronomía” ante sus ojos.

Lo que bien podría ser ya que, a partir de ellas, se habrían formado los elementos más pesados, esenciales para la formación del Sol y otros cuerpos celestes y, por ende, de la vida en el Universo.

Vamos que estas estrellas fueron las que posibilitaron nuestra existencia, y ellos las tenían ante sus mismos ojos. Lo que, estarán conmigo resulta emocionante en lo humano e impresionante en lo científico.

Emocionante en lo humano: “Somos polvo de estrellas”
Emocionante, porque estamos hablando de nuestro origen abiótico más lejano y remoto, en distancia y tiempo, del que tenemos noticia.

Lejano en distancia, porque la separación es del orden de unos trece mil millones de años-luz (13 000 000 000 al), y ya saben que un año-luz son 9 460 730 472 580,8 km o 9,46 · 1012 km. Así que, si tiene tiempo, echen las cuentas. No, no está a la vuelta de la esquina, ni muchísimo menos.

Y remoto en el tiempo, porque el grupo de estrellas fue creado cuando el universo tan solo tenía ochocientos millones (800 000 000) de años de edad, y desde entonces ha llovido.

Para que se haga una idea de cuánto, en la actualidad se estima en conformidad con la Teoría del Big Bang, que puede ser del orden de (13,798 ± 0,037)·109 años.

En román paladino, la edad del universo está comprendida entre 13 761 000 000 (13,761 109 ) y 13 835 000 000 (13,835 109 ) de años.


Impresionante en lo científico: Primeras en formarse tras el Big Bang
Impresionante porque estas galaxias, que pueden regular el nacimiento de estrellas y que son las más lejanas conocidas, nunca habían sido detectadas hasta ahora, si bien se manejaba su existencia a nivel teórico.

Pues bien. En concreto, la CR7, presenta unas propiedades físico-químicas que coinciden con las descritas por la teoría de estrellas de población III, en la hipótesis realizada hace una década por el astrofísico Daniel Schaerer.

Y al parecer casan.

De un lado, una galaxia que pudo marcar el inicio del universo tras el famoso Big Bang y, del otro, un hipotético tipo de estrellas, las pertenecientes al tipo Población III.

La considerada primera generación estelar, con apenas trazas de metales, pero progenitoras de los átomos pesados que nacerían después de sus muertes astronómicas. (Continuará)




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