miércoles, 11 de noviembre de 2015

La ciencia del “veranillo” (1)

Si lo del “veranillo de San Martín”, como los de otros santos, tiene su tanto de leyenda histórica-religiosa y de credulidad meteorológica, lo pertinente es preguntarse: ¿cuánto hay de realidad en ella?

¿Qué dice la ciencia al respecto? ¿Se conoce qué lo causa? ¿Tiene algo que ver con el cambio climático?

La culpa fue del anticiclón
Desde el punto de vista meteorológico, el responsable es un potente anticiclón subtropical (una dorsal anticiclónica, como lo refieren en la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que nos entra por sur y este y que se ha instalado en la península durante estos días.

Y viene pegando fuerte la susodicha dorsal, porque está previsto que las temperaturas máximas se disparen, en muchas zonas del país, hasta alcanzar e incluso superar los veinticinco grados Celsius (25 º C).

Todo esto referido al Hemisferio Norte desde donde escribo y por estas fechas, la situación anticiclónica mencionada, es la que hace que tengan lugar estas altas temperaturas.

Un fenómeno que ya ha ocurrido otras más veces y seguirá ocurriendo, si bien hay años en los que no sucede y entonces, por estos días, tenemos ya bastante frío y humedad y hasta nieve en algunas zonas.

Además no ocurre siempre en la misma fecha.

Por ejemplo este año 2015, hasta hoy no es San Martín y el caso es que llevamos ya unos cuantos días de veranillo, y lo que te rondaré morena. Así que en rigor, hay que decir que no siempre coincide el fenómeno meteorológico con el santoral cristiano.

En referencia a si esta situación puede tener alguna relación con el cambio climático, lo cierto es que no se ha establecido ninguna relación causa-efecto. Hay un problema de escala temporal entre ambos, ya que aquél necesita de unas pautas de estudio de mayor plazo de tiempo.

Hipótesis científica entre anticiclón y “veranillo”
En cuanto al hecho de que el periodo anticiclónico, causante del “veranillo”, aparezca en fechas más o menos fijas de noviembre, existen varias hipótesis interpretativas.

En concreto una línea de investigación italiana del siglo pasado, lo asocia al paso cerca de nuestro planeta, del polvo cósmico procedente de la famosa Leónidas, probablemente la lluvia de estrellas más sorprendente del año.

Una lluvia que “nos moja”, meteóricamente hablando, durante más de tres (3) semanas, en concreto entre el 6 y el 30 de noviembre, y cuyo polvo podría ser la causa de este reforzamiento anticiclónico.

O sea que parece ser cierto aquello de que a todo noviembre le llega su San Martín. O la verdad refranera, que dijo el ignaro.

La verdad refranera
Así que tiene razón el refranero popular, que dirá más de uno por ahí. O, para que luego digan los científicos, que añadirán otros por allá. Visto así, todo apunta a que tienen razón.

Pero si viéndola de igual manera, además, nos informamos un poco más, veremos que sí, que la tiene. Pero que la tiene menos de lo que parece, bastante menos. Vamos que no la tiene.

Que no todo es como parece y me explico.

En otras ocasiones les he dicho que el refranero se las sabe todas y juega con ventaja. Con ventaja porque siempre tiene a manos otros proverbios al respecto, por si hiciera falta utilizarlos y así tener siempre razón.

Proverbios que para más inri, pueden ser hasta antagónicos con los anteriores. De modo que a base de refranes se puede defender una postura y la contraria. Lo dicho, el refranero juega con ventaja. (Continuará)




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