martes, 9 de febrero de 2016

Capitulación de Boabdil en 1493

Estamos ante otro ejemplo de los no pocos enredos y confusiones que, la variedad de calendarios vigentes en el siglo XVI, puede causar en algunos estudios historiográficos.

Como ya les dije, éste, guarda relación con el sucedido de la capitulación final que, para la entrega de la ciudad de Granada y su Alhambra, pactaron el sultán nazarí Boabdil y los Reyes Católicos.

Como es natural, en esta segunda capitulación se especificaba el sistema a seguir en la ceremonia de “rendido y vasallo”, y fue firmada por las partes antes de la entrega de la ciudad.

Y aunque el acuerdo se alcanzó el día 31 de diciembre de 1492, sin embargo, en el documento se puede apreciar la fecha del 31 de diciembre de 1493 ¿Es posible que, ahora sí, estemos ante un error?

Pues me temo que va a ser que no. Tampoco aquí hubo equivocación por las partes. Sencillamente ahora se empleó el calendario de la Natividad.

Calendario de la Natividad
Ya saben que en la España de aquella época el primer día del año era el 25 de diciembre, día de la Natividad, mientras que en Flandes lo era el 1 de abril, más o menos el día de la Pascua de Resurrección.

Y tampoco ignoran que en la actualidad y en ambos sitios lo es el 1 de enero ¿Se dan cuenta de lo que implica ese baile de fechas?

Lo que para nosotros, hoy día, esa fecha del 31 de diciembre corresponde a 1492, pues el año nuevo comienza el 1 de enero, por aquel entonces, al hacerlo el 25 de diciembre correspondía a 1493.

Esa es la razón, y no hay más.

Bueno, no hay según para quien. Para algún que otro estudioso de esta época histórica, poco avezado en estos conocimientos científicos, tal vez haya habido más de un dolor de cabeza.

Es lo que tiene la ciencia. Que ninguna en cuanto a ciencia engaña, el engaño está en quien no sabe (Cervantes). Y dicho lo dicho, retomo el calendario flamenco.

Calendario flamenco y Carlos V
O lo que es lo mismo el calendario que consideraba el inicio del año ligado a la Pascua de Resurrección. Una fiesta que al depender del movimiento de nuestro satélite, la Luna, variaba de año en año.

Y no era poca la diferencia entre las fechas extremas. Echando cuentas se puede celebrar entre el 22 de marzo y el 25 de abril. No. No es poco.

Es precisamente en esta diferencia con el calendario de la Natividad, donde encuentra explicación el cambio de año que se detecta en la fecha de nacimiento de un nieto de sus católicas majestades.

Me refiero nada menos que al primer hijo varón de Juana la Loca y Felipe el Hermoso.

El emperador Carlos V, de quien su familia hizo constar que nació el 24 de febrero de 1499, y no el 24 de febrero de 1500, tal y como hubiera quedado registrado de haber seguido el calendario de la Natividad.

A la vista está que hay que andar con suma cautela, si no queremos caer en errores cronológicos a la hora de datar ciertos sucedidos históricos. Máxime si consideramos que el flamenco y el de la natividad no eran los únicos calendarios vigentes en Europa durante el siglo XVI.

Sin ánimo de ser exhaustivo, ni intención de agotar el tema, se me vienen a la mente tres o cuatro de ellos.

Otros calendarios
Empezaré con el de la Encarnación, que marcaba el 25 de marzo como primer día del año, al ser esa la fecha en la que se estableció celebrar esa fiesta religiosa.

Cuando Jesús se habría encarnado, coincidiendo con el equinoccio de primavera.






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