lunes, 15 de febrero de 2016

‘Spanish Aerocar’

El 15 de febrero de 1916, estamos de centenario, se inauguraba en pruebas el teleférico Spanish Aerocar en Ontario, en las mismas cataratas del Niágara.

La razón de su nombre, Transbordador aéreo español, obedece a que fue diseñado por el ingeniero español Leonardo Torres Quevedo (1852-1936). Y no fue el único de sus diseños, dentro del campo de los transbordadores y teleféricos que llevó a cabo, pero sí el que tuvo mayor repercusión mundial.

Este funicular, con sus quinientos ochenta metros (580 m) de longitud, permite pasar en tan solo diez minutos (10 min), a treinta y cinco (35) personas de una orilla a otra del río Niágara, en Ontario (Canadá).

Lo hace suspendido a setenta metros (70 m) de altura, sobre seis (6) cables de acero de veinticinco milímetros (25 mm) de diámetro y provisto de un motor cuya potencia le permite desplazarse a siete kilómetros cada hora (7 km/h).

Empezó a ser construido en 1914 por una empresa española creada al efecto y se inauguró en pruebas tal día como hoy de hace un centón de años.

Abierto al servicio público seis (6) meses después, en pleno agosto, sigue en funcionamiento desde entonces y ha sido reformado, eso sí de forma ligera, en tres (3) ocasiones.

Para que después digan de lo español.


1 comentario :

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con la afirmación de Turing de la cita de hoy:'Una computadora puede ser llamada "inteligente", si logra engañar a una persona haciéndole creer que es un humano'.
¿Alguien piensa igual?