viernes, 1 de julio de 2016

Vacuna de Jenner. 1 de julio de 1796

Ya les hablé de ese 14 de mayo, del que este año se cumple su doscientos veinte (220) aniversario, en el que el médico inglés Edgard Jenner (1749-1823) probaba de forma empírica, las ventajas de la vacunación con viruela vacuna con respecto a la variolización.

Lo hizo inoculando a James Phipps, un niño sano de ocho (8) años, pus de una pústula de la mano de Sarah Nelmes, una ordeñadora que había contraído la viruela de su vaca lechera.

El pequeño naturalmente se contagió pero, sorprendentemente, sólo sufrió una leve dolencia que duró unos pocos días. En los puntos de inoculación se le formaron unas pequeñas vesículas que pronto desaparecieron sin la menor complicación.

Así que en principio parecía que había superado la prueba.

Pero claro había que “hacerle la prueba del nueve” al ensayo clínico. Y es lo que hizo un día como hoy. Le inyectó materia virulosa extraída de una pústula humana y se la aplicó de forma profusa en distintos cortes.

Y hubo más sorpresas. Ninguno de ellos dio lugar a ataque alguno de viruela.

En sus brazos sólo se manifestaron los síntomas que provocan las sustancias virulosas en los niños que han sufrido variola o viruela vacuna.

Es decir que James, levemente infectado por la viruela vacuna, había quedado realmente inmunizado contra la viruela humana.

Una prueba que el doctor repitió unos meses después y que en esa ocasión no produjo ningún tipo de efecto visible en el cuerpo.

De hecho, por lo que está documentado, el pequeño nunca más mostró síntoma alguno de la enfermedad. Había sido inmunizado por la vacuna.

Ante semejantes resultados, Jenner, envió un informe a la Royal Society de Londres, describiendo sus extraordinarios resultados. Sin embargo el escrito no fue aceptado para su publicación y se rechazó.

En contra del mismo no sólo estaban los científicos, que rechazaban al hombre por no tener titulación universitaria. También estaban los clérigos que se oponían a la vacunación, escandalizados ante la idea de que un ser humano fuera infectado con una enfermedad animal.

No obstante, a favor estaba el pueblo, que veía cómo la vacunación era efectiva de verdad. Ni que decirles tengo que su práctica se extendió rápido por todo el mundo

Y todo empezó el 1 de julio de 1796, “otro día de los que cuentan”. Cuando Jenner comprobó la efectividad de la vacuna contra la viruela, desarrollada por él mismo.

La primera vacuna de la Historia que daría resultados positivos. Quizás tenga que explicarles algo más adelante lo de Jenner, su vacuna y la Royal.



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