viernes, 18 de agosto de 2017

‘Avida Dollars’ (y 2)

(Continuación) No. Una vez más el francés quedaba en evidencia, pues más que otra cosa lo que dejaba entrever eran sus propios celos profesionales. Los que el artista brillante siente cuando está delante del artista genial, y lo reconoce como tal aunque no lo admita. Genial porque no en vano, a lo largo de su vida, el español mostró interés profesional por diferentes campos del conocimiento científico.
Por citar algunos se interesó por las ilusiones ópticas y las imágenes dobles de G. Dou. Por la mecánica cuántica de M. Planck. Por la relatividad de A. Einstein. Por el nacimiento de la energía nuclear y la física de partículas. Por el descubrimiento de la estructura del ADN de Watson y Crick entre otros. Por el desarrollo del láser y los hologramas de D. Gabor. Por las técnicas estereoscópicas de Fresnel. Por la teoría de las catástrofes de R. Thom. Por las implicaciones de la cuarta dimensión de Banchoff.
De todas estas ramas de la ciencia se nutrió Dalí para elaborar buena parte de su obra, que llevó a cabo desde los años treinta hasta el final de sus días en el siglo pasado.
Por cierto que T. Banchoff, el matemático estadounidense investigador de la visualización de la cuarta dimensión, protagonizó una anécdota que refleja muy bien el interés del pintor por la ciencia, a la vez que su codicia por el dinero. Cuenta que en marzo de 1975 recibió una llamada del artista para concertar una cita.
Como había sido publicada una entrevista que le había hecho ‘The Washington Post’ a propósito de su trabajo sobre la cuarta dimensión, y le habían fotografiado junto a una reproducción del ‘Corpus hipercubicus’ de Dalí, se temió lo peor.
Conociendo el paño, estaba seguro de que el “divino” le iba a reclamar derechos de autor por la fotografía aparecida en el periódico. Bueno era nuestro ‘Avida dollars’ para sus cosas y pruebas más que suficientes había dado de ello. No obstante, en esta ocasión erró en su vaticinio, no fue así. Sorpresivamente, el artista tan solo deseaba conocerlo e interesarse por sus matemáticas. Desconcertante universo daliniano.
Sobre qué y cuánta ciencia sabía Dalí a la hora de pintarla, o si su obra en el fondo contiene y esconde todo lo que se le quiere atribuir por la forma, es algo que cada uno debe concluir después de una reflexión. Bueno también está el asunto de la pitonisa y supuesta hija. Una cuestión de ADN, mire usted por dónde.


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