domingo, 27 de agosto de 2017

Curvas femeninas y Ciencia


(Continuación) No crean que estamos ante un asunto menor, con este del cuerpo femenino y sus similitudes crono-musicales. Y buena prueba de ello es que en la Universidad de Harvard se hizo hace unos años un estudio al respecto.

Del mismo se desprendía que estas macizas mujeres “de voluptuosas curvas”, tienen unos niveles hormonales por encima de la mayoría de sus congéneres. Un alto valor cuantitativo que implicaría una mayor fertilidad, lo que explicaría a su vez la preferencia que los hombres muestran por ellas.
Estamos pues ante los biológicos instintos de supervivencia y trascendencia, tan humanos y científicos ellos. Los mismos que por otro lado, no andan muy alejados del mandato bíblico ‘Creced y multiplicaos’, también tan humanos pero crédulos.
¿Ciencia y creencia de la mano?
Pues no lo sé, ni a ciencia cierta ni por la fe del carbonero.

Por más datos les diré que el estudio se realizó con ciento diecinueve (119) mujeres que se categorizaron en cuatro (4) grupos: de pechos grandes y cintura fina, de senos voluminosos y cintura ancha, de busto pequeño y cadera estrecha y, por último, de pechos pequeños y cintura ancha.
Pues bien el primer grupo mostró niveles de hasta un veintiséis por ciento (26%) más altos de la hormona 17β-estradiol, una hormona esteroide sexual femenina, de nombre (IUPAC) sistemático (17β)-estra-1,3,5(10)-triene-3,17-diol y fórmula química empírica C18H24O2.
Por otro lado el estudio tambén mostró que todos los grupos de mujeres con la cintura fina presentaban cantidades mayores de progesterona, la hormona esteroidea involucrada en procesos como el ciclo menstrual femenino, el embarazo y la embriogénesis de humanos y otras especies animales. Su nombre (IUPAC) sistemático es 4-Pregnen-3,20-diona y su fórmula química empírica C21H30O2.

Y a nadie escapa que la abundancia de ambas hormonas en una mujer, tiene toda la pinta de ser un magnífico indicador de la alta probabilidad que tiene de quedarse embarazada. Un fuerte atractor por tanto, para el instinto de procreación que anida siempre en el macho. Nunca dejamos de ser lo que somos.
Chanel nº 5
Aún no había nacido Norma, la mujer de nuestra historia, cuando la gran modista Coco Chanel presentó su nuevo y después archifamoso perfume. Le había pedido a sus especialistas en aromas que fabricaran una esencia “con olor a mujer”, y éstos le sintetizaron varias muestras. Al parecer, tras una serie de pruebas, la quinta (5ª) muestra que le presentaron fue la que le encantó, y dicen que la eligió por instinto.
Después, como es natural, decidieron lanzarlo al mercado y la promoción salió en el mes de mayo, es decir el quinto (5º) mes del año, y además en los mentideros del mundillo de la moda se decía que el cinco (5) era el número de la suerte de mademoiselle Coco.
¿Cómo ve lo de los cinco? ¿Demasiados quizás? ¿Coincidencia? ¿Casualidad? ¿Una señal del destino? Vaya usted a saber.

Lo único cierto es que la modista no tuvo ninguna duda sobre el nombre que le pondría al perfume, Chanel nº 5, y del que seguro saben que desde el principio tuvo un enorme éxito comercial, gracias a su excepcional composición química.
Excepcional porque mientras en esa época los perfumes se preparaban a base de una sola flor, el Chanel nº 5 tenía su esencia compuesta por al menos cuatro (4): ylang-ylang, azahar, rosa y jazmín. (Continuará)



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