martes, 12 de diciembre de 2017

Pelusa en el ombligo y Ciencia


Si damos por admitido que en principio todos tenemos ombligo y que éste puede ser redondo, ovalado, hundido o sobresaliente, admitido esto, lo siguiente en lo que tenemos que coincidir es en el hecho de que, en mayor o menor grado, todos ellos tienden a acumular en su interior ‘algo’.
‘Algo’ como sucio. Y esto es bien sabido de todos.
En el ombligo, si nos lo miramos, puede que encontremos una especie de pelusa o pelusilla, borra o borrita, con esos nombres es conocido el ‘algo’ anterior, que una vez analizado resulta ser  producto de la acumulación de diferentes materiales en su interior.
Una composición que sin ir más lejos, nosotros mismos podemos averiguar o intuir en su defecto. Entre otros elementos nuestra pelusa del ombligo está formada por restos de fibras de ropa, algo de piel muerta y un poco de vello que, junto a otros compañeros que ahí habitan, encuentran en él una zona de confort por sus recovecos, poca luz y temperatura calentita.
Una mezcla que da algo de grima con solo pensarlo. Lo sé, pero es lo que hay. Una pelusa cuya presencia, ojo, resulta inevitable y en absoluto es una señal de mala higiene por nuestra parte, lo que no significa, ni nos exime, de que debamos limpiarlo con cierta regularidad.
Pero igual que les digo esto también les apunto que si bien hay personas que no suelen tener prácticamente nunca nada en el ombligo otras, por el contrario, tienen que limpiárselo cada día. Nadie dijo nunca quefuéramos iguales o que esta vida fuera justa.
Trato de decirles que aunque la higiene personal sea más que correcta, a veces no se está a salvo de esas pequeñas bolitas que, invariablemente y cada día, deciden formarse, quizás para su mayor comodidad en nuestro ombligo.
Sin duda su existencia podría ser una respuesta de chiste a la seria pregunta de hace unos días, en realidad unas semanas ya, que quizás recuerden: ¿Para qué sirve el ombligo? Pues en principio la razón no puede ser más evidente, dada su inusitada capacidad para almacenar con el tiempo cierta pelusilla.
Ciencia de la pelusa del ombligo

Como ya hemos tratado el bioma ombliguil -se trata de todo un nido de bacterias, hongos y levaduras- nos centraremos ahora en su composición más abiótica ,empezando por lo que para casi todos resulta obvio, por sabido o intuido.
Y no crean ustedes que se trata de un asunto menor, éste de la pelusa en el ombligo, ni de una cuestión para tomarse a chanza. Nada más lejos de la realidad. Buena prueba de los que les digo es que la misma ciencia -así en femenino singular y minúscula- se ha preocupado de ella.
Vamos que existe toda una ciencia de la pelusa del ombligo por así decirlo, un campo de conocimientos en cuyo nombre estamos en condiciones de poder contestar preguntas del tipo:
- ¿Qué es la pelusa del ombligo?
- ¿Por qué está precisamente ahí?
- ¿Cómo es que se forma?
- ¿Para qué sirve?
Son preguntas en busca de respuestas, como los personajes del Premio Nobel en Literatura de 1934, el escritor italiano L. Pirandello, iban en busca de autor, en su novela Sei personaggi in cerca d'autore (Seis personajes en busca de autor) de 1920. Una novela a cuya lectura les remito por recomendable, tanto si quieren saber si lo encontraron, como si no. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.




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